Hoy se celebra el Día del Niño. Por ello hoy he querido sacar la niña que llevo dentro. He querido, más que nunca, ponerme en el lugar de mis hijas e intentar sentir como sienten ellas esta vorágine de vida que llevamos hoy en día. Por todo ello hoy, como niña, quiero reivindicar algunas cosas:
Quiero que me respetes. Que respetes que mis tiempos no tienen porque ser iguales que los tuyos, que yo llevo otro ritmo y que aún tengo que aprender un millón de cosas. Por suerte, tengo toda una vida por delante, pero aprendo poco a poco.
Quiero que confies en mí, no sabes lo que me ayudará siempre. De esta forma creceré fuerte y con confianza en mí.
Quiero que me comprendas, que ten pongas en mi piel. Que me comprendas cuando estoy malhumorada porque tengo hambre, cuando estoy irascible porque tengo sueño, cuando estoy triste porque he tenido un mal día o cuando simplemente me levanto con el pie izquierdo.
Quiero que compartas tiempo conmigo. Pero tiempo de verdad, por poco que pueda ser al día. Sin interrupciones, sin móviles, sin distracciones… Quiero que ese tiempo sea tiempo del bueno, del que se queda grabado en la retina y nunca se olvida, tiempo del que siempre suma y nunca resta, tiempo lleno de risas, de juegos y de caricias.
Quiero que seas paciente conmigo. Ya sé que a veces te pido demasiado, pero entiende que te necesito. Te necesito y por eso te llamo cien mil veces al día. Te necesito y por eso quiero que me ayudes con muchas cosas. Te necesito y quiero que me acompañes siempre. Entiende que por ahora te necesito, y mucho. Aunque a veces no te des cuenta, yo también soy paciente contigo.
Quiero que no me grites, que me expliques las cosas con calma y en un lenguaje sencillo de manera que lo entienda. Con firmeza, pero de buenas maneras. Los gritos a mí también me bloquean y me molestan.
Quiero que me elogies cuando progreso, que me felicites por mis hazañas y que te alegres conmigo cuando alcance metas, que me acompañes en mis triunfos y me sostengas en mis caídas.
Quiero que me ayudes en las dificultades, me enseñes y me des herramientas para crecer y ser capaz de superarlas por mi misma.
Quiero que me apoyes también en las derrotas, que siempre estés conmigo. Las derrotas en compañía se afrontan mucho mejor que sola.
Quiero que me enseñes cosas bonitas. Cosas bonitas como el respeto, el compañerismo, la confianza, la amistad, la dedicación, la entrega… Si tú haces cosas bonitas yo aprenderé de tí, es mucho más sencillo de lo que parece.
Y quiero que me quieras sin límites. Hasta la luna y hasta las estrellas. Hasta el sol y hasta las nubes. Tanto como yo te quiero a ti desde que me diste la vida. Y permíteme seguir siendo siempre un poco niña, ¿acaso tiene algo de malo?
¡Feliz Día del Niño!
¡Es muy importante ponerse en su piel! Es la única manera de comprenderles y de hacer que todo fluya. ¡Así será más fácil para todos! Y además estaremos todos encantados de la vida.
Que bonito, a veces hay que ponerse a su altura y tratar de comprender, mirandoles a los ojos y pensar cuales son sus necesidades o lo que quieren.
Amén
Mirar las cosas como ellos lo hacen… Si cada día lo intentáramos un poco, otra cosa sería nuestras relaciones con ellos. Precioso Nat!! Un besazo