La magia de volver a empezar

Parecía que nunca llegaría el momento. Últimamente vivía literalmente en el día de la marmota. Entre el calor y la tripa el mes de agosto se me ha hecho interminable, mejor dicho se nos ha hecho. Porque toda la familia estábamos deseando que llegara el momento. Pero, al fin, el pasado miércoles 29 de agosto vino al mundo nuestra tercera hija y la magia de volver a empezar en esto de la maternidad invadió de nuevo nuestras vidas después de algo más de siete años. ¡Se dice pronto!

Es raro dormirte una noche sabiendo cuando tendrá lugar el parto pero, aunque parezca raro me alegré de poner fecha a su llegada al fin y esa última noche embarazada descansé cómo hacía mucho tiempo que no descansaba. Curioso, ¿verdad? Así sucedió finalmente todo. El martes, 28 de junio, mi ginecóloga me recomendó inducir el parto al día siguiente. Pasadas las 40 semanas, la peque seguía sin encajarse y yo aunque tenía contracciones no eran nada regulares. Todo seguía muy tranquilo, en aquel momento, pero si rompía aguas en casa de forma espontánea, al tener gran cantidad de líquido amniótico, algo me diagnosticaron al principio del tercer trimestre, corría el riesgo de que parte del cordón umbilical se colase antes que la cabeza y eso podía traer complicaciones.

Tuve dudas, no os voy a mentir. Una parte de mí pensaba si no quiere salir, no la voy a forzar, será por algo pero, por otro lado, tampoco quería correr riesgos innecesarios. A otra parte de mí le da mucha rabia tener que recurrir a una inducción después de lo rápido y maravilloso que había sido mi segundo parto hacía ya siete años. ¿Por qué no podía ser este igual? Pues porque cada parto, al igual que cada embarazo, es un mundo eso ahora lo tengo muy claro. Y otra parte de mí deseaba soltar lastre, despedirse la barriga y ver al fin la cara mi hija, aunque en el fondo esa misma parte de mí se aferraba a esa tripa como si no hubiera un mañana. ¡Un cocktail explosivo o no!

Tras poner encima de la mesa mis miedos y mis dudas decidí que poner fecha era la mejor opción y así hicimos. En menos de 24 horas me inducirían el parto y la magia de volver a empezar nos acompañaría de nuevo. A las niñas les dijimos que al día siguiente teníamos que volver a monitores para revisión y mi madre vino a recogerlas a casa. Necesitába descansar y, además, no queríamos que ellas estuvieran nerviosas ni que se les hiciera eterna la llegada de su hermana. Pensamos que lo mejor era que no supiesen nada.

Y esa noche, mi última noche embarazada pude descansar y estuve curiosamente mucho más tranquila que los días anteriores en los que no sabría cuando llegaría el momento. Me despedí de sus patadas, de su presencia constante dentro de mi, que aunque a veces me haya incomodado en la recta final, sabía y sé positivamente que voy a echar muchísimo de menos. Porque creo que a pesar de que este haya sido el embarazo más duro de los tres sigo siendo una embarazada romántica a mas no poder. ¡Imposible evitarlo!

Amaneció el 29 de agosto. La magia de volver a empezar estaba a la vuelta de la esquina, ahora sí que sí había llegado el día. El día que marcaría un antes y un después en nuestra familia. A punto de convertirnos en familia numerosa, un sueño que estaba a punto de hacerse realidad.

Con miedo, sí, a pesar de haber pasado ya por ello dos veces, pero con la misma ilusión que con la llegada a este mundo de nuestras otras dos hijas. Sin ninguna pereza por lo que se nos viene encima, ¡NINGUNA!, porque ya conozco el camino y porque sé, por propia experiencia que el tiempo no corre ¡vuela! Y con ganas, muchas ganas de disfrutar y saborear cada instante al máximo (los buenos y los «menos buenos») porque en la aventura de ser madre todo compensa. ¡Vaya que si compensa!

Y llegó nuestra princesa. Hasta el momento, la magia de volver a empezar está siendo una aventura totalmente increíble. Un nueva historieta en nuestra vida que pienso vivir intensamente. Intensa, agotadora y dura en muchos momentos, ¡eso seguro!, pero que estoy segura de que nos va a hacer mucho más felices de lo que ya somos. ¡Os seguiré contando!

Imágenes: Loren Fotografía

5 Replies to “La magia de volver a empezar”

  1. ¡ que ilusión Nat! Supercontenta por ti, por vosotros

  2. ¡Qué emocionante Nat! Mira que he llegado tarde a este post, pero me encantan las fotos y tus sensaciones esta tercera vez. ¡Disfrutadla mucho!

    1. ¡Una nueva aventura que estamos disfrutando a tope! 🙂

  3. […] la reciente llegada de mi última hija, estoy atravesando mi tercera lactancia materna y aunque todo fluye muy […]

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