Durante muchos años llegando el mes de enero siempre me hecho el mismo propósito, cuidarme más. Cambiar ciertos hábitos que aunque parecen fáciles de cambiar, luego no lo son tanto. Y siempre he acabado igual, tirando la toalla a la primera de cambio. Por eso este año he tardado algo más en marcarme este mismo propósito, un poco más y me lo pongo en primavera, pero nunca es tarde si la dicha es buena. Y además este año no va a ser un propósito va a ser un no propósito, que casi me gusta más, a ver si de esta forma consigo mantenerlo durante más tiempo y, lo que es más importante, interiorizarlo. ¡Allá vamos con mi no propósito para 2018!
Estamos hartas de leer y de escuchar lo importante que es cuidarnos, pensar en nosotras mismas y darnos prioridad, ¿verdad? Pero estaréis conmigo en que luego resulta complicado ponerlo en práctica. A mí con dos hijas, trabajando fuera de casa, trabajando en casa y con este ritmo de vida que llevamos me parece muy pero que muy complicado. Fijaros si me parece difícil que nunca lo he logrado y ya llevo años intentándolo. La cosa va por temporadas pero cuando termina el año y hago balance siempre me doy cuenta de que no me he cuidadado todo lo que me gustaría. Y me fastidia, la verdad.
Comprenderéis ahora, que después de tantos fracasos, esta vez dijese voy mejor a empezar con mi no propósito para 2018 y cuando ya lleve un tiempo pues ya lo cuento si eso. Y así he hecho. Y ahora os preguntareis… ¿cómo he empezado a cuidarme?, ¿qué rutinas he cambiado en mi día a día? Igual mis pequeños cambios os pueden parecer tonterías pero para mí no lo son. Estoy segura de que si consigo mantenerlas en el tiempo e interiorizarlas lo voy a agradecer a largo plazo. ¡Y mucho! Os cuento que cosas he cambiado:
Mi no propósito para 2018 - A la cama prontito
Desde que me convertí en madre la falta de horas de sueño me había convertido en noctámbula literal. Siempre aprovechaba las noches para hacer un montón de cosas. Al principio pensaba que dedicarme ese ratito para hacer cosas era bueno para mí pero con el tiempo me he dado cuenta de lo equivocada que estaba. La mayoría de los días entre semana dormía unas seis horas y mantener eso casi acaba conmigo. Por la noche me activaba pensando en la cantidad de cosas que tenía que hacer y luego por las mañanas no había quién me sacase de la cama, pero literal.
Definitivamente dormía poco y eso empezaba a pasarme factura. Cansancio acumulado, bajo rendimiento, dolores de cabeza… Esto era algo que necesitaba cambiar sí o sí. Desde que comenzó el año me voy a la cama mucho antes. En casa cenamos prontito con las peques y a eso de las nueve ya tengo hasta la cocina recogida. Aún me queda tiempo para ver alguna serie y meterme en la cama a eso de las diez y media. Como veis el cambio ha sido total, meterme en la cama casi tres horas antes me está dando la vida.
Mi no propósito para 2018 - A quien madruga…
Al irme a la cama antes me puedo permitir levantarme también un poquito antes. Mi despertador se ha adelantado media hora. Media hora que utilizo para desayunar en casa bien, de forma sana y en calma. Algo que me hace empezar el día con otro cuerpo. Es mi ratito de calma para inyectarme de energía antes de comenzar el día. Y salir de casa con el estómago lleno no es lo mismo que salir en ayunas por mucho que estuviese acostumbrada.
Mi no propósito para 2018 - Adiós a las prisas
Además desde la vuelta de Navidades en casa se han acabado las carreras matutinas a las que ya nos habíamos acostumbrado y que tanto nos estresaban. Intentamos dejar la mayoría de las cosas preparadas por las noches para ganar tiempo por las mañanas. Y como tengo la suerte de tener flexibilidad en la oficina pues he dejado de correr hasta que se me salía el higadillo por llegar al bus. Si veo que no llego a tiempo, tampoco me voy a morir en el intento que en menos de diez minutos viene el siguiente.
Mi no propósito para 2018 - Organización también con mis comidas
Las cenas y las comidas siempre han estado bien organizadas en casa. Intentamos comer saludable y de forma variada pero mis comidas entre semana. ¡Ay mis comidas! Al final (una vez más) por pereza, por falta de energía y por falta de tiempo siempre me acababa dejando en último lugar. Y lo de organizar mis comidas para comer bien en la oficina siempre se quedaba en el tintero. Resultado, pues mal comer o no comer la mayoría de los días. En esto era un verdadero desastre y tenía claro que esto también debía cambiar. Si en 2017 fui capaz de eliminar casi al completo el azúcar de mi dieta, tenía que lograr organizarme también con esto y no acabar siempre igual.
Intento hacer más cantidad en las cenas para tener recursos para algún día de la semana o preparar cosas sencillas y que no me roben demasiado tiempo, porque de tiempo ando escasa, la verdad. Y por ahora todo va sobre ruedas. Y el día que fallo con el tupper pues intento buscar alternativa cerca de la oficina, pero siempre lo más saludable posible, porque lo de saltarme la comida ha pasado a la historia espero que para siempre.
Como habéis visto mi no propósito para 2018 son cambios sencillos que no requieren demasiado esfuerzo para mí, hay cosas que me dan mucha más pereza. Y como enseguida he empezado a notar beneficios, pues eso también ayuda. Ahora lo importante será mantenerlo, ser constante y conseguir que mi rutina sea esta. ¿Conseguiré mantener mi no propósito para 2018? ¡Eso espero!
Yo me hice una lista de no propósitos pero de cosas que realmente no pensaba hacer: adelgazar, apuntarme al gimnasio… Ea, pues basta que dijese que no lo haría ¡para que hoy empiece a ir a hacer deporte! A ver si el truco va a estar en decirnos que no, para que sea que sí.