Hace apenas una semana recibimos un mensaje a unas horas un poco raras. Era mi hermana desde Holanda con malas noticias. Estaban en el hospital con una de mis sobrinas. Mi sobrina pequeña practica gimnasia deportiva y en una de las salidas de un ejercicio había caído mal y se había fracturado la pierna. El susto al recibir el mensaje, de primeras, fue gordo. Por suerte, cuando ya la había visto el médico de urgencias y le habían hecho todas las pruebas necesarias todo resultó menos grave de lo que pensábamos en un inicio. Se trataba de una fisura y no una rotura, por lo que la recuperación sería más sencilla.
El drama es que tendría que dejar de entrenar durante algún tiempo, olvidarse de una competición que tenía a la vuelta de la esquina y dejar de un lado aquello por lo que tanto estaba luchando. Tocaba reposar y cuidarse para volver en unos meses a darlo todo con ganas y con energía. Supongo que quizás os estaréis preguntando a cuento de qué os estoy contando todo esto. Pues bien, os lo cuento porque una vez más mi sobrina nos ha dado una lección a todos. Ya lo hizo, hace algún tiempo, cuando decidió cortarse su larga melena y donarla y, ahora, una vez más, es ella la que nos enseña que adaptarte con rapidez a las nuevas dificultades que a veces el destino nos planta en el camino es, sin duda, la mejor forma de superarlas. Y aún mucho mejor si lo haces con una sonrisa como la de ella. ¡Ella nuca pierde la sonrisa!
Es Trabajadora, luchadora y tenaz como ella sola. Se apuntó a gimnasia deportiva hace apenas dos años y desde entonces sus avances han sido fabulosos. Y no es porque sea mi sobrina, os lo aseguro. Se apuntó porque le gustaba, quería probar y entrenó, entrenó y entrenó hasta que poco a poco ha ido obteniendo buenísimos resultados. Tan buenos como una medalla de bronce en la última competición del año pasado. Por eso la lesión de la pasada semana para ella fue batacazo tremendo de primeras.
Imaginaos que tenéis que aparcar por unos meses aquello por lo que habéis estado luchando durante meses y que deseáis con todas vuestras fuerzas. Rabia, impotencia, frustración, ira, tristeza… podrían ser sin duda algunas de nuestra reacciones. Sin embargo, ella ha asumido la noticia mucho mejor y más rápido de lo que lo hubiésemos hecho cualquiera de nosotros, sin duda. Y ya sólo piensa en el día que le quiten la escayola. Entonces podrá comenzar su rehabilitación y en un poco más de tiempo volverá a entrenar con su equipo. Y volverá a disfrutar haciendo lo que más le gusta, el resto no importa.
A diario nosotros, los padres, enseñamos infinidad de cosas a nuestros hijos pero ellos, nuestros hijos, también son capaces de enseñarnos miles de cosas cada día. Y cosas tan maravillosas y grandiosas como esta. ¡Bravo campeona!
Es increible lo que nos enseñan los niños la mayoria de las veces nos enseñan lo que de verdad importa.Bravo por tu sobrina,yo en casa tengo una gran luchadora que nunca se rinde siempre tiene una sonrisa en la cara.en breve tu sobri estara de nuevo haciendo gimnasia
Grande tu sobri! Bssssss
La verdad es que ellos ven la vida sin tantos filtros… son capaces de reparar en lo importante y en las cosas buenas. Ojalá no lo pierdan, y nos lo puedan contagiar!
¡Son geniales! 🙂
¡Muy grande Vanessa! ¡Muack!
Nos enseñan muchísimas cosas Teresa. ¡Un beso!